Dedicado a Yoli Pérez,
quien merecía envejecer con todos nosotros.
1.
Diría
que hay golpes que son duros como peñascos.
La muerte decide atacar a alguien
que es comprensiblemente joven,
y el día te deja helado por el fuerte soplo
y en su pillaje recorre el frió tu espalda.
¿Cómo se puede entender la muerte
que sin vejez arrebata la existencia?
No se puede, pero se sigue viviendo.
2.
Trato de describir un día
y solo logro un recuerdo.
Sosegado bosquejare tu rostro
cuando quiera verte.
Si te perfilo como tú eras
añadiré años,
los agrupare en granos.
Primero tu sonrisa,
y luego el placer de tu compañía
sin el extravió
que me ha traído tu muerte.
3.
En el equivalente tiempo
hasta donde avanzo tu vida,
sobre la certeza
de que se puede morir en cualquier instante
nunca pensé
y cada día gradualmente se marcho,
bajo tardes crepusculares,
y hoy jueves,
en el mismo escenario, tu no estas.
Y cada día nos abandonaras un poquito más,
hasta que te pierdas en sigilo
y luego en el olvido,
cuando nosotros dejemos de estar.Te pienso.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment