El que ignore un volcán… ¡por inculto!….
no dirige la palabra a su propio corazón.
¡Como me crecieron los dedos
al volver acompañado con la guitarra!
Aun recuerdo todavía la clara felicidad.
Seria dichosa y consentida por el resto de su vida.
Yo canto con cuerpo y alma
para no desaparecer en la indigencia.
Esta raza jeroglífica que es la humana naufraga.
Cara emerge la indeferencia expresada a diario.
Manchas de petróleo, invasiones a los infieles.
Admito pecar en el típico discurso izquierdista
-valores humanos, justicia, solidaridad-
Este corazón no esta hueco aun
y cada vez que alguien muere por hambre,
(la mayoría de las veces niños )
o por no tener acceso al tratamiento del SIDA
me duele y me dan ganas de en vez de tocar
dar guitarrazos en la cabezas de algún que otro cabron indiferente.
Yo soy el que te dice que escribas la vida
¡ya la leerá alguien cuando te mueras!
Pues todo no guarda sombrías tristezas.
Las postales doradas bajo cielos azules son hermosas.
Las bicicletas que crean alegres correrías infantiles.
Los sarcófagos que guardan prisioneros los secretos felices.
Las playas y los campos que en nuestros viajes forman los paisajes.
Todos están guardados para ti y para mí con toda su belleza.
Siempre hay espacio para la esperanza
¡incluso cuando no llega!
Arranque la leona furia que se clava en mis costillas
y deje en mi voz abrir el grifo.
El hombre es hermoso pero a veces un misterio
que empuja al uno contra el otro a un contorno
imborrable que trae el enfrentamiento.
¡Como una marea que se ahoga en si misma!
Innombrable y frenético,
un loco que combate a su imagen opuesta.
Un animal de vida, muerte y procreación.
Mi corazón es una lámpara
que pretender dar luz a la muchedumbre.
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