Con mi rama
voy por tu calle firme.
Tu cuerpo es un sendero
en el que busco cobijo.
Tu bosque en un abismo
que tu falda esconde.
Un rió liquido
es este deseo.
Me acuno en tus ropas
para que mis labios de mermelada
enciendan el fuego,
y que salgan húmedos
y espesos mi abrazos.
Cae mi amor líquido
en tu habitación,
acurrucado en tus bodegas,
pegado a ti.
Estoy mirándote
y escucho un erizado ruido
que viene de tus pechos.
Disparo mis manos
a tu corazón como un bandido.
¡Quiero robarte
y encender incendios!
¡Te quiero para mi solo!
Eres agua gelatinaza
que en mis huesos resbala.
Nadie podría amarte
como yo te amo.
Arder a tus pies como un esclavo.
Enfurecer a la luna,
dejarte desnuda
hasta brillar como el sol.
Tu pecho y mi pecho
dos llamas colegiales
que levantan relámpagos
y alumbran civilizaciones.
Eres hermosa
como hace cinco anos,
como hace diez anos,
como el día en que te conocí,
como ayer.
Nunca he sido torpe en tu piel.
Eres peregrinamente hermosa.
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