Sunday, November 22, 2009

Pequeñas Confesiones


¡Joder que oscura es la tristeza!
Un mar que da sal
y que cuando se marcha
deja la lejanía cerca.
Y a uno solo le queda seguir caminando
y bajar la cabeza.
¡Que bestia! ¡Dentro del pecho se queda!

Te digo que el adiós
es el ala rota del olvido.
Por eso, cuando borramos algo
de nuestra memoria,
corre el riesgo de regresar.
Porque sin su ala,
gira y gira en círculos.

¡Quien no haya amado es un idiota!
¡Porque semejante sacrificio
no lo espera ni la muerte!
¡Quien se haya perdido un beso da pena!
¡Mucha pena!

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