Quizás el trabajo de amar debería cotizar,
organizarlo de tal forma que no sea decorativo.
Que si viene se quede por unos años,
con contrato indefinido. Que haga falta
de regulaciones que no dejen espacios en blanco.
Preferiría si fuese dado con un manual de instrucciones.
Que una vez creado el fabricante garantice su funcionamiento.
Al ser viejos nos debería quedar una pequeña pensión
que refleje las horas dedicadas a semejante actividad.
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